Cuando llega el verano lo primero en lo que pensamos es disfrutar de la playa con su sol intenso y agua refrescante. Sin embargo, la mayoría de nosotros nos olvidamos de ella con la llegada del otoño. Con la vuelta a la rutina es importante encontrar momentos en los que podemos desconectar y que mejor lugar que la playa para recargar energías. En Barcelona tenemos la gran suerte de estar situados en la costa con el mar Mediterráneo.
Comparado con muchas partes de Europa, Barcelona goza de una temperatura ideal. Solo llueve 90 días al año, teniendo días soleados durante las 4 estaciones. Además, el mes con menos días de lluvia en esta época es diciembre, con una media de 6.4 días. De noviembre a febrero las temperaturas varían alrededor de los 12ºC y rara vez bajan de los 5ºC.
¿Qué nos sucede al acabar el verano?
Cuando vemos que se acerca el otoño, muchos de nosotros dejamos de disfrutar del mar. Aunque siga haciendo buen tiempo, estamos convencidos que la playa solo se puede disfrutar en los días más calurosos del año, pero por suerte no es así.
En realidad, las condiciones óptimas para hacer SUP no se concentran en verano. Es mucho más agradable salir al mar en otoño porque aunque haga más frío fuera del agua, dentro sigue estando cálida. El ciclo de temperatura del agua no es igual a la del aire. En otoño disfrutamos del mar que lleva calentándose con el sol de verano, mientras que en la primavera es cuando está más fresca debido al frío del invierno. Así que caerse al agua en otoño sigue siendo un gustazo y, de vez en cuando, el mar nos regala buenas olas para surfear!
Disfrutar de la playa en esta temporada implica apreciar y estar en contacto con la naturaleza que nos rodea, ya que no tenemos las mismas aglomeraciones que se forman en verano. En esta época, más allá de las medusas, se pueden apreciar peces como atunes y delfines. Aparte, los colores del agua se hacen mas intensos debido a que el sol los realza al no brillar con tanta fuerza. De esta manera, podemos disfrutar de amaneceres y atardeceres increíbles sin tener que gastarnos el dinero en un viaje al las Bahamas.
Disfrutemos del mar y su belleza todos los días. Él nos hace sentir vivos, nos libera de todo estrés y nos rejuvenece. No nos olvidemos de él cuando se acabe el verano.