[vc_row row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”full_width” text_align=”left” box_shadow_on_row=”no”][vc_column][vc_column_text]Una semana nos ha costado adaptarnos de nuevo a la ciudad, a su ritmo y a las rutinas, nuestra cabeza se negaba a vivir el presente y ha viajado millones de veces a los frescos recuerdos de nuestra estada de siete días en las costas de Taghazout (Marruecos).
Ha sido un viaje de ensueño, coincidimos un grupo de 11 personas geniales, tuvimos bastante suerte con las condiciones del mar y pudimos entrar todos los días al agua, un trato excelente por parte de los chicos de Agadir SUP Center y un alojamiento de lujo en el Riad Salama.
Jonathan y Guillermo fueron nuestros guías, desde que nos recogieron en la estación de autobuses el primer día hasta que nos marchamos nos acompañaron a todos lados, al ser un SUP trip cada día íbamos a la playa más conveniente según las condiciones del mar, además nos trajeron unas tablas de paddle surf de gran calidad como es Redwoodpaddle y para todos los niveles, tablas hinchables para principiantes, de epoxi y también de fibra de carbono para los más expertos, un lujo. El riad se encuentra ubicado en un pueblo auténticamente marroquí que se llama Aourir, conocido también como Banana Village, y que se encuentra a pocos kilómetros del famoso pueblo de Taghazout que a día de hoy es la capital del surf de Marruecos al que acuden cada año miles de surfistas y el que se encuentra totalmente preparado para cubrir sus necesidades. Estuvimos en la playa Agadir, la capital de la zona que cuenta con unos ochocientos mil habitantes, otros días las olas eran mejores en la playa de Imourane y otro tuvimos que recorrer unos cuantos kilómetros más dirección norte hasta Aghroude para encontrar olas solitarias que rozaban la perfección. Por el camino “checkeamos” spots famosos como Panorama, Source y Anchor Point, un espectáculo para verlo pero no para meternos pues además de haber bastante gente el tamaño de las olas era sólo apto para surferos de mucho nivel.
Fueron días largos de playa, con clases y mucha práctica; unos minutos de descanso para tomar el picnic y de vuelta al agua, así día tras día, el resultado: progresión. Con razón cuando llegábamos de vuelta al riad estábamos exhaustos, era un momento perfecto para descansar, comentar el día con el grupo y reír, porqué nos reímos mucho. Vivimos tardes y noches estupendas en la terraza, cenas gloriosas que nos preparaba el chef el cual se superaba cada noche deleitándonos con moderna cocina marroquí y delicioso té a la menta. La verdad es que en el personal del riad era muy amable y servicial, atentos siempre a nuestras necesidades, gracias Raja.
A parte de olas también hubo tiempo para visitar el segundo mercado más grande del país, el Souk el Had de Agadir, en el que dejarse perder era emprender un viaje a las profundidades de la cultura y la forma de vida de sus gentes, conocimos Taghazout y pudimos admirar su puesta de sol.
En definitiva, fue un gran viaje, una gran experiencia SUP, un descubrimiento para muchos de un paraíso que se encuentra a muy cerca de Barcelona y donde seguro volveremos muy pronto.
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