El jueves 5 de agosto hicimos una limpieza de playa donde colaboraron con nosotros 20 personas. En solo 600 metros recogimos 30 kilogramos de basura. Fueron muchos residuos los que recogimos, entre colillas, latas, bolsas de plástico, cañitas y demás. Aun así, no fue nada en comparación con los residuos que se encuentran en todas nuestras playas y, por consecuencia, nuestros océanos.
El plástico que acaba en el mar se ve degradado por el agua, el sol, el viento y los microorganismos. Este plástico se convierte en diminutas partículas de menos de 0,5 centímetros y acaban siendo ingeridos por la fauna marina y, también por nuestros cuerpos.
Hemos realizado dos limpiezas de playa recogiendo 65 kilogramos de basura en total. El número puede parecer poco significativo, pero la razón por la cual realizamos estas limpiezas es para crear un impacto positivo en nuestro entorno. Muchos de los residuos recogidos no se pueden reciclar y tardan cientos de años en degradarse. Lo que más encontramos en las playas son colillas. El filtro de las colillas contiene compuestos tóxicos y causa la liberación de microfibras. Estas se acumulan en el medio ambiente y contaminan el entrono durante años. Una sola colilla contamina hasta 1.000 litros de agua.
El poder de cambiar las cosas lo tiene el consumidor. Aunque parezca que no podamos hacer nada, cada día tomamos decisiones. Incorporar pequeños hábitos como reducir el consumo de plástico, comprar a granel y elegir opciones sostenibles pueden reducir significativamente la basura que acaba en la naturaleza.
💙Está en nuestras manos cambiar nuestros hábitos a unos más sostenibles. Las limpiezas no solo tratan de recoger la basura que deja otro sino de concienciar a nuestro alrededor.
🌏El océano empieza en casa.