HAU’OLI MAKAHIKI HOU! O como decimos aquí ¡feliz año nuevo!
El 2015 ya es historia y lo acabamos en buena compañía en una salida a Cotlliure (Francia) en la que nos juntamos 17 personas.
Cada año, en este pintoresco pueblo de la Costa Bermeja enclavado entre el mar y montañas, celebra la entrada al año nuevo con una divertida fiesta temática entre sus calles y enfrente del mar en la que el punto álgido es cuando se superan las 12 de la noche y empieza el nuevo año con un espectacular castillo de fuegos artificiales. Es normal encontrarse gente de todas las edades disfrazada para la ocasión aunque no tenga nada que ver con el tema que este año en concreto era “los años ’60”.
La fiesta empieza mucho más temprano de lo que estamos acostumbrados, a las 7h. de la tarde las calles se empiezan a llenar de gente, luces, música, comida, vino y cava y se alarga hasta casi las 3 de la madrugada. Nosotros nos presentamos a la fiesta después de una rica cena en la que cada uno de nosotros aportó algo. La noche no era fría con lo cual se estaba muy a gusto paseando y bailando en medio de ese ambiente festivo que no desfasado.
El plan para el día 1 era salir a dar un paseo en las tablas de paddle surf, pero las condiciones meteorológicas no eran las más idóneas a parte que la fiesta continuaba, aunque a otro nivel, así que nos juntamos con los lugareños y alargamos un poquito más la “réveillon”. Más tarde nos esperaban unas fantásticas raclette y fondue para acabar de introducirnos en las tradiciones del país vecino que nos vino perfecto para recuperar energía y temperatura.
No obstante, había algunas cosas que estaban pendientes y las cuales no se podían quedar sin hacer: comer ostras y hacer SUP en la bonita bahía del pueblo, así que este era el plan para el segundo día del año. De buena mañana nos pusimos en marcha y a las 10h. ya estábamos disfrutando del pueblo pero desde el agua. Aunque no pudimos salir mar adentro porqué el mar se movía y había alguna que otra racha de viento, tuvimos la suerte de poder jugar con unas mini olitas que rompían a pocos metros de la orilla, estuvo bien divertido. Tarde de relax y paseo por el pueblo hasta encontrar las ansiadas ostras, momento también para ir despidiéndonos porqué llegaba la hora de ir volviendo a casa.
Estamos muy contentos porqué lo pasamos muy bien, nos juntamos un grupo bien majo y porqué POR FIN conseguimos remar en Cotlliure, y es que tal y como dice el refrán, a la tercera va la vencida, no hay que rendirse nunca!
PD: las fotos son una recopilación de las que generamos entre todos los que estuvimos en la salida, muchas gracias por inmortalizar estos momentos tan bonitos.